EN EXTRAÑO ACCIDENTE MUERE EL SECRETARIO DE SEGURIDAD PUBLICA FEDERAL, MARTÍN HUERTA
Tomás Oropeza
Corresponsal
México, 21 de septiembre.- Ramón Martín Huerta, titular de la secretaría de Seguridad Pública federal, estratega del operativo México Seguro , para combatir al crimen organizado y particularmente a los grandes capos del narcotráfico, pereció hoy, junto con ocho acompañantes de su equipo al desplomarse el helicóptero militar Bell 412, sobre un poblado en la zona montañosa del estado de México, cuando se dirigía al penal de máxima seguridad de La Palma, luego de haber despegado del castrence campo Marte, para abanderar a un nuevo cuerpo de guardias que “evitaría la corrupción” dentro del militarizado reclusorio.
Quien destacó como el hombre de todas las confianzas del presidente Vicente Fox y de su esposa Marta Sahagún, y como miembro del primer círculo del ya muy deteriorado gabinetazo foxista, así como cabeza del grupo clandestino- fascista El Yunque, se distinguió por la extrema dureza e ineptitud para manejar los asuntos concernientes a la seguridad publica y aún la de los propios elementos de las corporaciones bajo su mando.
Eso se hizo patente en noviembre del 2004, cuando en un poblado del Distrito Federal tres elementos de las Policía Federal Preventiva que realizaban una misión aún no aclarada, fueron confundidos con secuestradores de infantes, linchados y quemados vivos por una turba furibunda, ante las cámaras de la televisión. Todo sin que él moviera un dedo para salvarlos, “por ineficientes” según sus propias palabras. En esa ocasión dijo que no había enviado helicópteros al rescate de quienes realizaban una misión de “inteligencia” porque “los habrían podido derribar a pedradas”.
Sobre las causas de la caída del helicóptero Bell 412, un modelo empleado en los ejércitos de varios países (Chile, Canadá, Colombia, Guatemala, Guyana, Honduras, Indonesia, Noruega, Perú, Eslovenia, Corea del Sur, Sri Lanka, Tailandia, Uganda, Venezuela y Zimbabwe) se está manejando la versión de que se trató de un accidente ocasionado por la niebla, pero por otro lado se sabe que al menos uno de los acompañantes de Huerta, el tercer visitador de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, José Antonio Bernal, había sido amenazado de muerte por el jefe del cártel del Golfo, Osiel Cárdenas Guillén. Además el piloto Habacuc de León era un hombre experimentado y con sumo conocimiento de la ruta de 70 kilómetros que recorría con su jefe varias veces por semana en sólo 20 minutos.
Para restarle importancia a la versión de que ha sido una venganza del narco la muerte de Huerta, el Secretario de Gobernación, Carlos Abascal Carranza, afirmó que el país está en marcha y que a pesar del accidente del Secretario de Seguridad Pública “las estructuras siguen funcionando.”
Abascal -como Huerta, fue denunciado recientemente por el periodista e investigador Alvaro Delgado, del semanario Proceso, como integrante prominente de El Yunque- expresó: “Hemos revisado los operativos en diferentes partes del país, desplegados por la Policía Federal Preventiva, por la Secretaría de Seguridad Pública y todos están funcionando sin pausa de ninguna naturaleza. El también jefe de gabinete de seguridad del Gobierno Federal insistió en no hacer especulaciones en torno a un posible atentado del narcotráfico y por el contrario afirmó que se trató de un accidente, aunque aún no se realiza un peritaje de los restos calcinados del helicóptero y sus ocupantes.
“Quiero pedirles a todos no adelantemos hipótesis sin fundamento. No tenemos derecho a alarmar a la ciudadanía a partir de premisas falsas.”, puntualizó.
Por su parte el presidente Fox, visiblemente deprimido, expresó lo siguiente en un mensaje a la Nación:
“Lamento profundamente el terrible accidente en el que perdieron la vida Ramón Martín Huerta, secretario de Seguridad Pública; Tomás Valencia, comisionado de la Policía Federal Preventiva; Francisco Becerra, Oficial Mayor de la Secretaría de Seguridad Pública; Juan Antonio Martínez, director general de Comunicación Social de la Secretaría de Seguridad Pública; José Antonio Bernal, tercer visitador de la Comisión Nacional de Derechos Humanos; Silvino Chávez Hernández, secretario ejecutivo de la Secretaría de Seguridad Pública; Jorge Alberto Estrella Romero, jefe de ayudantes del secretario de Seguridad Pública; el piloto aviador Habacuc de León y el copiloto Rafael Esquivel Arreguín.
Ellos, pusieron en riesgo su integridad física para encabezar una lucha de toda la sociedad, para hacer de México un país mejor; ellos pusieron en riesgo su vida para ser la punta de lanza de un esfuerzo colectivo para combatir y mantener a raya a la delincuencia y al crimen organizado.
Su desaparición física es motivo de duelo y entristece a todos los mexicanos; entristece a la Nación.
Todos ellos murieron en el cumplimiento de su deber, murieron trabajando para velar por la tranquilidad de nuestras familias.
Son héroes, héroes que perdieron la vida en el ejercicio de la grave tarea que les encomendó la sociedad.
México pierde funcionarios leales, comprometidos con el país y con el futuro de nuestros hijos.
Yo he perdido, además, a un colaborador, pero, sobre todo, a un amigo entrañable, Ramón.
Y en honor de todos ellos, debemos redoblar nuestro esfuerzo, para seguir sirviendo a México.
Expreso mis más profundas condolencias a las familias de los deudos, a sus hijos, a sus esposas, a sus hermanos.
Todo México los acompaña en estos momentos aciagos. Hoy más que nunca reitero el compromiso de mi Gobierno, el compromiso del Presidente de la República, con la construcción de un México seguro, de justicia, paz y libertad.
Descansen en paz.
Gracias.
Pero contra la hipótesis oficial del “accidente”, lanzada sin ninguna investigación de por medio, están los hechos denunciados ayer martes por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en torno a las amenazas directas que el presidente de este organismo, José Luis Soberanes, y los visitadores generales, entre ellos el tercer visitador José Antonio Bernal, recibieron por parte del narcotraficante Osiel Cárdenas Guillén.
Al respecto, el secretario de administración de la CNDH, Pablo Escudero, envió un oficio este martes al subsecretario de prevención y participación ciudadana de la SSP, Miguel Ángel Yunes, en el que le informaba sobre "el potencial peligro que enfrentan tanto el ombudsman nacional como el personal adscrito a la tercera visitaduría general".
“Hemos sido informados, a través del tercer visitador general, sus visitadores adjuntos, del director general de quejas, recursos y supervisión penitenciaria y del director de quejas y recursos en general, todos ellos adscritos a la tercera visitaduría, del potencial peligro que corren los mencionados servidores públicos, que en el ámbito de sus atribuciones desempeñan actividades vinculadas con la atención a las quejas provenientes de los centros de readaptación social, en específico del Centro Federal de Readaptación Social número uno, ya que han sufrido amenazas directas del señor Osiel Cárdenas Guillén, recluido en esa celda”.
En el oficio número 180/CNDH/SA/2005 se solicita al subsecretario de Seguridad Pública que gire las indicaciones necesarias para que se desarrollen todas las medidas preventivas orientadas a la protección y salvaguarda del presidente del organismo, José Luis Soberanes, así como del grupo de dirección de la CNDH.
Sumado a lo anterior hay varias interrogantes que deben ser contestadas:
Por tierra, entre el Distrito Federal y el Penal de La Palma no hay más de 70 kilómetros. El recorrido en helicóptero es de máximo 20 minutos. Helicópteros de la SPP realizan ese vuelo al menos una vez al día. Cosa rara, ¿Porqué el subsecretario de Seguridad Pública Federal, Miguel Angel Yunes, que iba a la misma ceremonia, no viajaba en el mismo helicóptero?
¿Porqué tardaron las autoridades ocho horas en localizar el helicóptero carbonizado a una distancia tan pequeña, dentro del área metropolitana, perfectamente vigilada y en un terreno que aunque neblinoso no es escarpado, máxime cuando se dice había al menos 11 helicópteros más enfrascados en la búsqueda?
¿El segundo helicóptero que salió detrás de ellos con el mismo destino porqué no supo del supuesto accidente?
¿Porqué permitió el gobierno un espacio de vacío tan prolongado, dejando la cancha a todo tipo de especulaciones, sin ofrecer una versión oficial?
¿Porqué a cerca de 10 horas del accidente no hay una sola imagen o presentación de los cuerpos? Hay que recordar que hace unos meses, cuando se desplomó la nave en la que volaba el gobernador de Colima, esta sí en una zona escarpada e inaccesible, a una hora del accidente ya estaban ahí el ejército, los rescatistas y los periodistas?
Accidente o atentado ¿y mensaje?, lo cierto es que este día el plan de combate al narcotráfico, México Seguro, ha sufrido un grave revés.