martes, febrero 01, 2011
LA REBELION MUNDIAL EN CURSO
Tomás Oropeza Berumen
01.02..2011.- Una ola de rebeldía recorre el mundo. Los trabajadores, desempleados, estudiantes y campesinos de varios países se han puesto de pie reclamando un alto a la rapacidad de los gobiernos neoliberales que han hecho añicos sus condiciones de vida.
El año 2010 vio las huelgas generales en España, Francia, Inglaterra, Grecia y Portugal en repudio a los reajustes económicos para salvar al capital; para impedir el despojo de los fondos de retiro y en demanda de otro modelo económico.
Hoy el Norte de África esta siendo sacudido por los movimientos populares contra las dictaduras de Túnez y de Egipto. Contra regímenes que han aplicado la política diseñada en el Banco Mundial y el FMI, EE. UU y la Unión Europea, empobreciendo más a sus mayorías, concentrando sin mesura la riqueza en manos de las oligarquías y las clases políticas a sus servicio.
En Túnez la rebelión derrocó a Ben Ali, un ingeniero que se convirtió en militar en academias de Francia y Estados Unidos y que llegara al poder mediante un golpe de Estado donde se mantuvo 24 años hasta hace unos das en que las gigantescas manifestaciones contra la carestía de los alimentos y su gobierno lo obligaron a huir del país.
No obstante, hasta la fecha muchos de sus allegados continúan en el gobierno con el apoyo norteamericano, ese es el caso de Mohamed Ghannouchi, ex ministro de Gobernación de Alí y hoy Primer Ministro del “nuevo gobierno” repudiado por las masas tunecinas.
Entre tanto se ha constituido el Frente 14 de enero con la participación de trabajadores, estudiantes, organizaciones nacionalistas y hasta el partido comunista tunecino. Se trata de una organización amplia que pugna por una Asembla Nacional Constituyente, una nueva Constitución que contemple en primera instancia la nacionalización de todas las riquezas privatizadas bajo el mandato de Ben Alí. Exigen también la disolución de su partido y la nacionalización de las propiedades del depuesto dictador refugiado en Arabia Saudita.
En Egipto en unos cuantos días se incendió la pradera y el régimen de Hosni Mubarak, con tres décadas en el poder, se tambalea bajo el incesante empuje de de un pueblo encabritado por los estragos del capitalismo neoliberal. De 80 millones de egipcios, la mitad vive en la pobreza. Sin servicios de salud, sin trabajo ni educación.
Facebook, Twitter, e mails y mensajes de texto han sido los instrumentos para convocar a las gigantescas manifestaciones. Además del volanteo y radio bemba. Ni la represión y el establecimiento del toque de queda; la suspensión de la Internet y la telefonía móvil y casi todas las comunicaciones con el exterior han impedido la continuación de la revolución en curso.
Mubarak nombró como primer vicepresidente a un reconocido torturador, el general Omar Suleiman, 74 años, jefe del Servicio General de Inteligencia de Egipto, el más importante centro de espionaje del mundo árabe.
En vísperas de la llamada manifestación del millón de hombres el ejército egipcio anunció que se abstendrá de “usar la fuerza” y hasta reconoció la legitimidad de las demandas populares.
Todo parece indicar que ante la presión popular el régimen esta maniobrando para mediatizarla.
El premio Nobel de la Paz 2005 Mohamed El Baradel es tal vez otra de las cartas de un sector de las clases dominantes egipcias para aplicar el gatopardismo.
Otros países del mundo árabe donde han comenzado a presentarse síntomas de agitación por las condiciones propias y por el ejemplo de sus vecinos, son Argelia y Yemen.
En el México ensangrentado también se están movilizando los jóvenes, campesinos, y obreros en contra la militarización, aún bajo la presencia de miles de policías federales y soldados en casi todas las ciudades. Incluyendo la capital, el DF, donde los marines han realizado varios operativos.
En Chihuahua, capital, decenas de hombres y mujeres realizan semana a semana una Kaminata por los barrios de la ciudad, demostrando a sus semejantes que se puede protestar y exigir que los soldados se regresen a los cuarteles.
31 de Enero. La Marcha del Movimiento Nacional por la Soberanía Alimentaria, los Derechos de los Trabajadores y las Libertades Democráticas. Fue una gigantesca manifestación contra la carestía, los bajos salarios, los aumentos graduales a los precios de los combustibles, la militarización y la narcoguerra calderonista, en la que participaron organizaciones corporativas de viejo y de nuevo cuño como la priìsta CROC, al lado de otras que nacieron bajo la divisa del sindicalismo independiente y hoy son lideradas por quienes llevan hasta tres décadas pastoreandolas, por ejemplo el STUNAM, SME, Mineros y telefonistas, para citar unas cuantas.
Pero el hecho es importante. Se han puesto de acuerdo en dar una lucha juntos por darle un rumbo diferente al país. Y como dijo un campesino, hasta “derrocar a Calderón”. Hay que movilizar a las masas antes de que estas rebasen a las lideres, muchos de ellos diputados y senadores, respetables y anquilosados hombres del sistema.
Se dice que fueron más de 40 mil los manifestantes. Entre las organizaciones sobresalían las campesinas Coordinadora Nacional Plan de Ayala, la Confederación Nacional Campesina y la Coalición de Organizaciones Rurales y Populares, así como el perredista Frente Popular Francisco Villa. La charra Confederación Regional Obrera Mexicana portaba una manta enorme con la consigna que el PRI lanzó para llevara a cabo una reforma fiscal.
En su discurso pronunciado en el zócalo el líder de la resistencia del Sindicato Mexicano de Electricista Martín Esparza, conminó a seguir el ejemplo de los pueblos de Túnez y Egipto, derrocando al gobierno títere de Felipe Calderón.
En el horizonte del país hay nubarrones . El genocidio de la narcoguerra, las tropelías de las fuerzas represivas del gobierno: policías, ejército, marina y paramilitares contra el pueblo, se suman al descontento popular por el pésimo manejo de la economía por el gobierno de facto panista. Y eso podría detonar una revuelta mexicana en los tiempos que vienen.
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