lunes, noviembre 07, 2011


ENTRE LA INDIGNACIÓN Y LA RABIA
(Entrevista al electricista Sergio León Islas)

Tomás Oropeza Berumen


A punto de cumplirse un año y un mes de la liquidación de la paraestatal Compañía de Luz y Fuerza del Centro (CLyF) por el gobierno panista de Felipe Calderón, se ha comenzado a acelerar el tiempo de la cuenta regresiva para que la Secretaría de Gobernación cumpla con el acuerdo del 12 de septiembre pasado, donde Francisco Blake, titular de esa dependencia se compromete a reinstalar en el sector eléctrico a los 16 mil 500 trabajadores en resistencia a más tardar el 30 de noviembre próximo.

Así como la liberación de los presos políticos del SME:

Miguel Márquez, Álvaro Figueroa Santiago, Eusebio Valdez Morales,Francisco Javier, Domínguez Amaya, Gabriel Blas Bastian, Gabriel Rodríguez Arriaga,Gilberto Burgos Martínez, Hugo Medina Rodríguez, Jorge Ulises Uribe Gaona, Marco Antonio Cortes Cruz
Rodolfo Vivas Espíndola y Rogelio García Flores.

Por estos días los electricistas han comenzado a discutir las acciones que habrán de realizar para presionar a un gobierno que los lanzó a las filas del desempleo y obligarlo a cumplir con la palabra empeñada ante el jefe de Gobierno del DF. Marcelo Ebrard, uno de los aspirantes a la presidencia del país, cuya participación en las tensas negociaciones para levantar el plantón esmeita sostenido en el zócalo capitalino durante medio año fue garantía de que habría una solución satisfactoria.

Hoy la crisis económica capitalista que se vive en todo el planeta se ha profundizado. El desempleo es mayor que hace dos años, los precios de los alimentos no dejan de elevarse, decenas de miles de empresas han quebrado y el “superpeso” se ha desplomado. Y la empresa de clase mundial, como llaman a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ha elevado exponencialmente las tarifas eléctricas, instalado medidores de prepago en varias zonas del país y suscitado el repudio popular en todo el país.

En más de dos años de desempleo y lucha por revertir la política privatizadora calderonista siguen en resistencia más de la tercera parte de los 45 mil electricistas despedidos. Cerca de 28 mil han aceptado la liquidación. Muchas circunstancias los orillaron a ello. Pero eso no significa –en muchos casos- que estén de acuerdo con la injusticia de que fueron víctimas.

A Calderón se le acaba el tiempo y esta desesperado porque al Partido Acción Nacional (PAN) la gente lo tiene claramente definido como un enemigo del pueblo, entre otras razones por el fracaso de su “guerra contra la delincuencia organizada” que ha costado hasta ahora más de 50 mil muertes, 10 mil desaparecidos, decenas de miles de desplazados y sufrimientos infinitos a los mexicanos.

El tiempo corre contra el régimen de facto panista. Ha surgido el movimiento de los Indignados en los países más industrializados y hasta en México, donde la pradera esta seca y una chispa podría incendiarla en cualquier momento.




En marzo pasado conversamos con Sergio León Islas, 41 años, quien trabajaba en una de las 80 subestaciones con que contaba la Compañía de Luz y Fuerza del Centro a la que define como “un sistema que parecía un relojito suizo, perfectamente ordenado” hasta que la destruyó Calderón con su decretazo del 11.X. 2009.

Recuerda su ingreso a la CLyF: “Entré cuando tenía 27 años. A los 14 años de antigüedad nos corrieron. Ganaba como 240.00 diarios. Pero como era clase A una semana trabajaba 5 días de noche. La siguiente semana 5 días de tarde, sin descansos y entraba a la siguiente de día. Era un horario muy cambiante. Cada semana noche tarde y día y como tenía riesgo eléctrico tenía los ajustes del contrato y con eso sacaba al mes como 16 mil pesos.

Y agrega: “Era un buen salario para un soltero, pero ni tenía tiempo para gastármelo, (dice riendo)Y me gustaba mucho mi trabajo. Aunque teníamos que trabajar el 24 de diciembre o el 1º de enero, si nos tocaba. Siempre debe de haber personal en una subestación

Recuerda con nostalgia: “Yo trabajé con todos los voltajes: de 400 mil volts, 2500 volts, todo eso en trasmisión 23 mil volts y en algunos casos 6 mil volts.

Orgulloso nos dice: “Empecé desde abajo. Todos empezábamos desde peones, cortando el pasto en las subestaciones, luego subíamos a limpiadores, ayudantes de subestación de segunda. Ayudante de subestación de primera, ayudante emergente, cubría faltas, vacaciones de los compañeros. Luego subí a ayudante de operador de segunda, después de primera. Más adelante fui operador emergente, igual cubría vacaciones, faltas. Después subí a una subestación tipo especial, ahí estuve de tablerista y mi último puesto fue de auxiliar de respaldo operativo.

“ Yo estaba en estaciones tele controladas. Donde hay equipo operativo y se operaba a control remoto a través de una computadora. Todos aprendimos sobre la marcha. Ahí los compañeros nos enseñábamos y nos trasmitíamos los conocimientos.”

Sergio es miembro de una familia electricista. “Yo soy ya la tercera generación de electricistas. Mi abuelo, mi papá y yo. Mis padres son de la cuna de la industria eléctrica, Necaxa, Puebla, donde nació la energía eléctrica en el país. Mi papá ya tiene 23 años jubilado.

-¿Cómo te enteraste de la toma de las instalaciones por el ejército?

-Yo estaba en mi casa y no se puede describir lo que sentí. Para mi Luz yFuerza es parte de mi identidad. Desde niño siempre Luz y Fuerza, SME, ESME.
Fue un conflicto emocional, psicológico.

-¿Te encabronaste?

-Sí, fue una crisis existencial. Una depresión que me duró unos meses.

-¿No te integraste de inmediato a la lucha?

- No reaccionamos rápido. No se veía donde estaba el comité central. Ibas al sindicato y nadie sabía qué onda. No había organización, no había nada. Nos tardamos en levantarnos. Pero cuando me incorporé fue de tiempo completo. Hasta la fecha. Y ya vamos a cumplir un año y medio de resistir.

-Por lo visto no has tenido muchas dificultades para sobrevivir.
- No, gracias a dios. Tengo mi depa y vivo yo solo. Además tengo la ayuda de mi papá. Y estoy dedicado de tiempo completo al movimiento.

- ¿Qué has aprendido en este movimiento?

- Cuando entramos a trabajar a LyF uno pensaba que ya la había hecho en la vida. Ya voy a tener una estabilidad económica. Nunca nos imaginamos que nos hicieran una cosa como la que nos hicieron. Yo veo que a mucha gente en el mercado laboral la corren y no pasa nada. Buscan otro trabajo, nadie los ayuda. Ellos no se pueden defender. Nosotros como sindicalistas, les estamos haciendo ruido, estamos luchando y nuestro movimiento todavía está vivo.
-
-¿Cómo explicas que se haya liquidado el 70 por ciento? ¿Por necesidad económica, falta de esperanzas, de conciencia sindical?

-Cuando yo empecé a ver que mis compañeros se comenzaron a liquidar, dije qué les pasa, espérense tantito. ¿Qué no tienen conciencia? El Calderón nos puso huevos, nos escupió y ustedes firman y le están dando la razón a este estúpido.
Y los compañeros decían nosotros somos operativos, somos fundamentales para el sistema. Nos van a recontratar a fuerzas, nos necesitan, conocemos como funciona la red eléctrica. Yo creo que muchos compañeros se fueron con esa finta. Pensaron que los iban a recontratar luego luego. Y nada ... Y ya van dos compañeros liquidados que se quitaron la vida por depresión.

- ¿Tienes amistades entre los liquidados?

-En el SME hay mucha cohesión porque hay mucha familia. Como soy de Necaxa, todos mis primos, mis tíos, toda mi familia es electricista. Las familias también se dividieron, se resquebrajaron. Ya ves al primo que está de esquirol ... al otro primo que está en el movimiento y pues hay choques y pugnas ideológicas.

-¿Cómo justifican que se hayan liquidado los que lo hicieron?
- Por falta de conciencia política. Por no estar politizados.

--¿A casi año y medio de lucha, cómo está la participación?

-Hay sentimientos encontrados. Hay compas que están en la depre y dicen que no se ve nada claro. Y hay otros compañeros que son más optimistas. Para mí es muy reconfortante ir al movimiento, porque puedo estar en mi casa y me siento solo contra el mundo. Y cuando asisto a las marchas al campamento en el Zócalo ahí veo la unidad y esto te reanima, te fortalece.
Cuando estamos todos juntos tratamos de ayudar al compa. Le decimos hay que echarle ganas, seguir adelante y este cabrón hijo de su puta madre de Calderón no se va a salir con la suya.

-¿En su lucha les ha servido la tecnología, el Internet, el teléfono celular?

-¡Claro! Si a las tres de la mañana hay una cosa rara, nos mandan un mensaje y nos dejamos ir todos.

-Nosotros tomamos las subestaciones, pero llegó la pinche PFP y hubo enfrentamientos con la policía y hubieron heridos. A mí me tocó estar en la subestación Taxqueña y sí me toco ver como llegaron los camiones de la PFP y llegaron a provocar. Un militar muy arrogante nos decía “ahorita se me van a quitar de aquí”. Entonces el Comité reculó y nos dio la orden de retirarnos. Pero nosotros ya habíamos hecho el cordón en las instalaciones ...

-Ustedes han tendido que moverse con mucho cuidado. Porque siempre han estado en el filo de la navaja. Me parece que los trabajadores actuaron con mucha madurez a pesar de que estaba tan indignados. Aunque también se ha visto a donde ha conducido el legalismo a ultranza que se ha seguido. En su opinión que hace falta para que se reanime el movimiento?

-Ya se había hablado de crear una organización política. Y de hecho se ha comenzado a crear, se llama 8 de Octubre. Pero yo no creo que la solución sea crear un partido político, para que dentro de unos años el comité central ya tenga una curul.
-Eso lo acordaron en el estadio Azteca?

-Ahí, como en cualquier sindicato charro, fuimos a levantar la mano.

Pedro Millán, también miembro de la resistencia y del boletín El Transformador interviene y nos dice. “Esa es la gran pregunta, ¿cómo le hacemos para cambiar las cosas? Y responde: “Yo creo que al principio de nuestro movimiento hubo un gran apoyo. Se movilizaron más de un millón de personas apoyándonos. El 11 de noviembre del 2009 sacamos un millón y medio de personas. El 16 de octubre hubo cerca de un millón manifestándose; un mes después fue un millón y medio y en diciembre ya ni se contó cuanta gente estuvo en la Toma del DF. Esa píldora de que no hubo apoyo nos la quiere hacer tragar el Comité Central del SME.

Emocionado rememora: “La gente estuvo ahí para apoyarnos. Estaba esperando un paso adelante de nosotros. Si el 16 de marzo hubiéramos tomado las instalaciones la gente se habría unido para apoyarnos. El levantamiento de la toma simbólica de las instalaciones fue muy prematuro.

-¿Les faltó conciencia para tomar esa decisión?

- Nos faltó rebasar al Comité Central. No había conciencia, la conciencia política en el sindicato era muy baja y todo se lo dejábamos a la dirección.
Al principio dijimos que éramos un chingo, que podíamos bloquear carreteras federales. Conocemos todo el sistema eléctrico, podíamos habérselos tumbado. Dejar toda la ciudad sin luz. Pensábamos que había que responderle el golpe al fascista Calderón, pero luego nos decían: Van a descabezar el movimiento cabrón. Eso es lo que quiere el gobierno, que hagamos un desmadre para que se militarice y le corte la cabeza al Comité Central, desmantele el movimiento, etc. Y entonces hubo muchas opiniones y a final de cuentas nos tardamos mucho tiempo en reaccionar.
Muchos compañeros dicen que Martín (Esparza) frenó el movimiento y que hasta la fecha lo sigue frenando.
Millán: Yo estaba en una asamblea con colonos y me decían vamos a tomar TV Azteca. Ustedes váyanse adelante y nosotros los ayudamos.
En otra ocasión me dijeron: si quieres bloquear la carretera, te ponemos cinco camiones de material y paramos. Pero tienes que estar tú. Yo sí viví de cerca el apoyo de la gente...

martes, octubre 25, 2011


EL DESPIDO NOS CORTÓ LA VIDA
(Entrevista al electricista en resistencia Jesús Pizano Medina)

Tomás Oropeza Berumen

El próximo 30 de noviembre vencerá el plazo acordado el 12 de septiembre entre el secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) Martín Esparza, el titular de la Secretaría de Gobernación Francisco Blake y el jefe de gobierno del D.F. Marcelo Ebrard, para desalojar el plantón que se mantuvo en el zócalo durante más de seis meses; que el gobierno de Felipe Calderón reinstale a los 16 mil trabajadores electricistas que se han mantenido en resistencia contra su decreto de liquidación del 11.X.2009 que terminó esa empresa paraestatal fundada en Canadá en 1898 ( The Mexican Light & Power Company, Ltd., concesión del dictador Porfirio Díaz para generar y distribuir electricidad en el Valle de México).

El acuerdo que despejó la plaza de la Constitución para la celebración de las “fiestas patrias” incluyó el reconocimiento de la dirección sindical (toma de nota) y el compromiso de agilizar los trámites para liberar a los 11 presos políticos electricistas, encarcelados desde el once de abril, así como de Miguel Márquez Ríos, también preso político desde el 21 de octubre del 2010 en el Cereso de San Miguel, Puebla.

Hasta el momento no hay indicios de que los puntos medulares del acuerdo se vayan a instrumentar.

Jesús Pizzano Medina, 56 años, trabajó 21 años como ayudante en el departamento de Intendencia de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, su salario era de 162.48 pesos. Su centro laboral estaba en Santa Clara, estado de México. Padre de dos hijas. Originario de Michoacán. Estudió hasta el tercer semestre de vocacional en el Politécnico Nacional, en la carrera de Contaduría. La dejó porque tuvo que trabajar y encontró empleo en la CLyF.

-¿Qué sucedió con su economía a raíz del despido que sufrió cuando el gobierno liquidó la CLFC?

- Para sobrevivir tuve que vender algunas cosas, como el coche. Para enfrentar los gastos. Y luego retiré el fondo del seguro de desempleo de las Afores. Posteriormente recibí el pago del aguinaldo, pero de ahí para acá no hay ningún ingreso. Y nos la vamos llevando con el apoyo de algunos familiares y algunos compañeros jubilados nos ayudan con los pasajes y algunas veces, con comida.

- ¿Pide apoyo económico, botea?

- Sí, en la Universidad, en la UAM Xochimilco. Dan poco. Pero uno entiende la situación económica del pueblo, hay desempleo, salarios miserables. La gente no tiene dinero. Pero hemos aprendido a vivir con lo que tenemos.

- En Michoacán los líderes del SME anunciaron la creación de un nuevo partido (la Organización Política de los Trabajadores) en el marco de un encuentro con dirigentes del sindicato minero y de maestros de la Sección XVIII. La noticia la dio Martín Esparza, secretario general del SME. ¿Qué piensa usted de esto?

- Yo estuve ahí y en lo personal le veo a futuro, pero como algo independiente de los resultados de nuestra lucha, porque si la apreciación de Martín Esparza es ser precandidato de ese futuro partido ¿Qué mensaje nos está dejando como base? ¿Qué nos vamos hasta el 2012? Debería primero solucionar nuestra problemática y luego continuar con sus proyectos pero muy independientemente.

-¿Las bases discutieron este proyecto del nuevo partido?
- Estuve en el Congreso y no escuché sobre la creación de ese partido. Nosotros fuimos a la firma de un pacto obrero minero – electricista.

- Hace unos días un grupo de ex trabajadores de la CLF que sí aceparon su la liquidación se quejó de que el gobierno no les ha dado empleo, como se los prometió, que de 27 mil liquidados nomás les ha dado chamba a 200 y que las empresas que iban a hacer no han cuajado.

-¿Cómo ven ustedes este asunto?

- El ofrecimiento lo hizo Javier Lozano, el secretario del Trabajo. De que los primeros 10 miel que aceptaran la liquidación serían re contratados por la Comisión Federal de Electricidad (CFE). No sé qué tanto les haya ofrecido Alejandro Muñoz para convencerlos de que se liquidaran.

- ¿Cómo han cambiado sus ideas en estos 17 meses de lucha, enfrenando a un gobierno tan anti obrero como el actual?

- En primera, que recobrar la confianza en el gobierno va a ser difícil, al menos para mí. Que la decisión que tomó Calderón fue muy injusta porque nosotros no éramos los responsables de ejercer el presupuesto de la CLF y sin embargo, somos los que estamos pagando las consecuencias. El director, que era el responsable de los malos manejos de la empresa hoy vive tranquilo. Nadie le llamó a cuentas.

-Con voz indignada agrega:

-Yo nunca me imaginé, ni en mis peores pesadillas que tendría que irme a hacer cola para que me den un plato de comida. O estar esperanzado a que algún compañero jubilado nos brinde un apoyo para podernos mover. Y de la ayuda de la familia, ahora ya no es una ayuda, se ve como una obligación para ellos. Es incómodo para uno, es una situación difícil. Yo ni a mi peor enemigo se la desearía. No es sólo la carencia mía, es la carencia de la familia. El despido nos cortó el futuro. A los 56 años de edad, ¿En dónde me van a dar trabajo?

- ¿Cuando lo despidieron tuvo alguna muestra de solidaridad por parte de sus vecinos?

- No. Parece que domina la idea de que mientras a mí no me pase nada. Mientras le peguen al de enfrente y yo esté bien, que acaben con el de enfrente. Los que sí apoyaron de inmediato fueron los compañeros jubilados. Vieron que estábamos en resistencia y gracias a la tranquilidad económica que tienen por el momento nos han apoyado.

- ¿Había participado antes en algún movimiento social?

-No. Nunca.

- ¿Votaba cada vez que había elecciones, a eso reducía su participación? ¿Por qué partido votó?

- Ahora estoy pagando las consecuencias, yo voté por Calderón. Qué me gano con ocultarlo. Sus propuestas de campaña me parecieron adecuadas, lo del empleo. Y me dejé tomar el pelo.

-¿Le parecía muy radical Andrés López Obrador? ¿Le parecía que iba a llevar al país a una situación como la que hay ahora?

-Creo que no me di el tiempo de pensar qué bueno o que malo sería.

-¿Qué le interesaba hacer antes del decreto de Calderón?

- Me gustaba leer. No me interesaba la política, no me motivaba. Leía novelas como Caballos de Troya, periódicos, revistas. De todo.

-¿Cómo ve el plantón en el Zócalo? (la entrevista se realizó el 24.03.2011)

-Están en la negociación los diputados, Gobernación y el SME. Seguiremos en plantón hasta que solucionen.

-¿Cómo ve el futuro del país, hoy en que se está discutiendo en la Cámara de Diputados la reforma laboral que propone el PRI, que es muy contraria a los intereses de los trabajadores. También se pretende aprobar una reforma fiscal, que propone el PRI y que gravaría alimentos y medicinas; se está orquestando rematar la privatización de Pemex. La violencia de la narcoguerra, etc.

- Creo que si no hay un cambio, esto va a estar cada día peor. El cambio debe llevar hacia algo más justo, más apegado a la Ley. Y en consideración del pueblo. Una economía se tiene que basar en que haya buenos trabajos y buenos salarios.

- De la guerra contra el narco ¿Cómo es posible que nos estemos matando entre mexicanos? Un delincuente, aunque sea narco, tiene derechos. El gobierno primero mata y luego averigua. Y ya muertos todos son narcotraficantes. Si no hay un cambio verdadero, esto va a estar más difícil.

- ¿Cuando han realizado campañas para que los usuarios no paguen la luz a la Comisión Federal de Electricidad han tenido buena respuesta?

- Al principio muchos usuarios nos decían que estaban bien que nos corrieran, pero luego con el paso del tiempo y después de haber visto cómo les han subido la luz, hoy la gente se detiene, nos pregunta, nos pide asesoría. La gente toma los volantes, los leen. Hoy hemos encontrado apoyo.

- Y se queja del apoyo de saliva por parte de otras organizaciones sociales y partidos de izquierda, cuando nos cuenta:

-Han ido al Zócalo decenas de organizaciones sociales de todo tipo, y nos dicen que nos apoyan, que somos la punta de lanza de la lucha, etc. Pero creo que si hubieran ido aunque sea sus líderes a quedarse una noche en el campamento, ya las cosas hubieran cambiado.

domingo, octubre 23, 2011


LA INDIGNACIÓN Y LA LUCHA CONTRA EL CAPITAL

Tomás Oropeza Berumen

Pensar que el capitalismo en su modalidad de capitalismo salvaje se derrumbará por sí solo en la crisis que vive hoy el sistema económico basado en la propiedad privada de los medios de producción y la explotación de los asalariados es una ilusión paralizante.

Respetables economistas aseguran que la recesión económica que vive hoy la mayor parte del mundo y que afecta en distinto grado a los países que aún registran crecimiento de PIB, es tan grave –o más- que la de 1929.

Aquélla debacle la superó el sistema mediante el recurso del ascenso del fascismo, la Segunda Guerra Mundial, la derrota de los intentos revolucionarios en Alemania y España, etc. Con la destrucción de millones de vidas, la devastación de la industria y agricultura de Europa, Rusia, y Japón, entre otros países. De esa matanza emergió nuevamente el capitalismo y el Estado de Bienestar que entraría en una nueva crisis a finales de los años sesenta.

Hoy se habla de que el neoliberalismo ha fracasado y de la necesidad de remplazarlo. Pero desafortunadamente no se sabe bien con qué. A lo sumo en la mayoría de los casos en que los economistas “serios” abordan el tema se plantea el retorno al Estado de Bienestar. Pero, como diría uno de los expositores de Proyecto Alternativo de Nación del Movimiento de Renovación Nacional (MORENA) que se realizó hace unas semanas en la Facultad de Economía, UNAM: sin llevar a cabo nacionalizaciones ni cambios bruscos. O como hace unos días expresó el aspirante a la presidencia Andrés Manuel López Obrador en una exposición ante empresarios de Nuevo León: no se perseguirá a nadie, no habrá revanchismo, no se realizarán re estatizaciones, etc.

Se pretende superar los graves problemas económicos que vive el país con una especie de keynesianismo diluido. Ni siquiera de plantea conforme al paradigma del nacionalismo revolucionario, recuperar para la Nación lo que los gobiernos neoliberales del PRI y del PAN han privatizado.

Generados por la descomposición del capitalismo globalizado y la devastación económica y social que ha producido, han surgido en el mundo movimientos sociales que son una respuesta al empobrecimiento interminable de millones de personas que hasta hace unos años vivían en condiciones aceptables y hasta envidiables para los mexicanos.

Tal es el caso de los Indignados de España, quienes en su origen eran la generación más escolarizada que en su historia ha tenido ese país y que no obstante siguen formando parte del ejército industrial de reserva. Lo mismo podría decirse del caso de los ocupas de Wall Street.

A pesar del individualismo, la indiferencia y cinismo que prevalece en la mayor parte del mundo y que regula la conducta de jóvenes y viejos, hoy esos gérmenes de inconformidad de una pequeña minoría se está extendiendo y empatando con movimientos de otros sectores de la juventud proletaria en otras latitudes. Es el caso de los movimientos estudiantiles de Chile, Honduras, Colombia y la misma Península Ibérica.
La jornada mundial de los Indignados realizada el 15.X.011 abarcó más de ochenta países y 951 ciudades, con distintos grados de intensidad, participación, violencia represiva, etc. Pero en todos lados fue visto con simpatía por la población, no cabe duda.

En México también se llevó a cabo en varias ciudades donde se yuxtapuso con otras indignaciones y encabronamientos. Hoy los jóvenes y no tan chavos mantienen un plantón frente a la Bolsa de Valores en la avenida Reforma, apoyando al maestro de la Universidad Autónoma Metropolitana Edúr Velazco Arregui, quien comenzó una huelga de hambre el once de octubre demandando que el presupuesto destinado a la educación equivalga al 2 por ciento del PIB; que a los 16 mil electricistas del SME lanzados a la calle por el gobiernode Calderón se les regresen sus empleos y que el salario mínimo se eleve a 400 pesos diarios.

Gracias a la historia de los de abajo, la no registrada en los libros de los vencedores que a toda costa trata de que los explotados pierdan la memoria, sabemos que los grandes movimientos sociales y las revoluciones comienzan con la indignación de unos cuantos que al extenderse a miles y millones se convierte en una fuerza material incontenible.

El movimiento que comenzó en España y que contra todo pronóstico de los marxistas “serios” ha surgido en el corazón del imperio, en Wall Street y que ahora se replica en países donde la población parecía aletargada, es una demostración de que se avecina una ola revolucionaria en el mundo y de que la lucha de clases entre proletarios, multitudes oprimidas y humilladas contra el capital y sus gobiernos y Estados será una realidad candente.

Hoy no es posible permanecer indiferentes, paralizados por el temor de la narcoguerra genocida de Calderón y los capos de la droga contra el pueblo, cuando millones de mexicanos comienzan a sufrir la hambruna provocada por el desempleo, la carestía de los alimentos, por el fracaso del neoliberalismo y el capitalismo, a los que habrá que sustituir por otro sistema económico, que deberá poner en primer lugar la socialización de los medios de producción.

Las luchas de los obreros mexicanos, electricistas, mineros, estudiantes, pueblos indios y campesinos, chavos encabronados, pensantes e INDIGNADOS nos recuerdan las últimas palabras del maestro del periodismo ético, Miguel Ángel Granados Chapa al despedirse de sus lectores y del mundo y confiar en que el futuro de México no será la ignominia.

domingo, octubre 09, 2011


SME: DOS AÑOS EN LUCHA, ENTRE EL OPORTUNISMO Y LA CONCIENCIA DE CLASE

Tomás Oropeza Berumen

A punto de cumplirse dos años del inicio de la lucha electricista por revertir el decreto ilegal mediante el que el presidente de facto panista desapareció la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, México entero esta hundido en un desastre económico, político y social.

El gobierno de facto calderonista es responsable del crecimiento del desempleo, la miseria de más de 50 millones de mexicanos, la generalización de la violencia mafiosa y policiaco militar, la “desaparición de miles de personas y el establecimiento de un régimen de excepción en grandes regiones del país.
También es responsable de la devaluación del peso, del encarecimiento de los alimentos, de la gasolina, el gas y la electricidad a cargo de la CFE, una empresa corrupta y arbitraria como pocas.

Desde el 11 de octubre de 2009, cuando mediante la toma militar de las instalaciones de CL y F fueron lanzados al desempleo 45 mil electricistas, el régimen de ultraderecha blanquiazul ha avanzado en la implementación de un régimen fascistoide con la complicidad del PRI y sectores del PRD.

En los 24 meses de ardua lucha un sector del SME ha aprendido el papel que desempeña en una sociedad capitalista el Estado, el gobierno, los partidos políticos, los sindicatos charros y los “independientes”, los empresarios, etc. Sabe quienes son los amigos del pueblo y quienes sus enemigos.

Otro sector de electricistas desmoralizado, urgido por apremios económicos y/o sin conciencia de clase, optó por aceptar la liquidación y buscar alternativas individuales que en un país en recesión económica difícilmente podían tener éxito.

Grandes manifestaciones, campañas de mítines, propaganda y boteo, huelgas de hambre y un plantón de seis meses en el Zócalo capitalino han consolidado la conciencia de 16 mil smeitas que el 13 de septiembre levantaron el campamento ante la presión de las tanquetas del ejército y la policía federal que los intimidaban y porque en las negociaciones del SME y la Secretaría de Gobernación está les ofreció a cambio de retirarse del zócalo, para llevar a cabo la ceremonia del grito del 16 de septiembre, dar la toma de nota a una fracción del Comité Central del SME, “analizar la reinserción laboral en el sector eléctrico” y buscar los mecanismos para la liberación de 12 sindicalistas presos políticos.

El próximo 30 de noviembre se cumplirá el plazo para que los señores que detentan el poder cumplan su palabra, o por enésima ocasión demuestren que en este país el gobierno sólo representa los intereses del gran capital y que los de abajo sólo podrán mejorar su situación mediante la lucha social.
Esta es la tesis que el electricista Pedro Millán, miembro del comité editorial de El Transformador, quien nos expuso su punto de vista en la entrevista que le hicimos en el Taller de Economía del Trabajo el 4 de marzo pasado y que forma parte del libro sobre la lucha del SME que estamos preparando.

Millán llevaba 25 años de antigüedad en la Comisión de Luz y Fuerza del Centro, laboraba en Agencias Foráneas (atención al público, tomar lectura, recibir recibos, en la periferia del DF) con un salario de 350 pesos diarios. Estudió hasta segundo semestre de Ingeniero agrónomo, en la Universidad Nicolaíta, de Michoacán.

-Cómo ha afectado su vida el despido de que fue víctima con la liquidación de la CLyF?

-Mi familia ha comprendido la situación, mi esposa es maestra y gracias a eso puedo estar casi a diario en la lucha. Sí nos hemos restringido económicamente, pero mis hijos no han dejado de comer. En lo económico no ha sido tanto el sufrimiento. En lo moral, llega un momento en que se siente la impotencia, al principio no sabia uno ni qué hacer, a donde recurrir.
En esos primeros días algo que me ayudó mucho en lo moral fue platicar con otros compañeros. Las anécdotas, los sufrimientos, el penar de algunos, que hasta dejaron de comer algunos días. A sus familias les faltó el alimento.
Yo tenía a mis hijos en escuela particular. Mi esposa me apoya al cien por ciento. Y me dijo, yo te apoyo, nomás no quiero que te achicopáles, que te quedes aquí entre cuatro paredes y vayas a estar como la Magdalena. Yo te apoyo y adelante ...

A otros compañeros en resistencia los apoyan trabajadores jubilados de manera directa, porque no le tienen confianza al Sindicato, ya que no hay un manejo transparente de los recursos. Ven a los que participan en el movimiento y le echan la mano. Aparte el apoyo de los sindicatos como el STUNAM, IPN, Nucleares. Y del boteo. Nosotros con el periodiquito El Transformador pedimos cooperación para la impresión y para ayudar a compañeros que se la están viendo difícil.

-¿Qué piensan de la medida de Felipe Calderón, de decretar la liquidación de LFC, de la campaña que se instrumentó contra los electricistas?

- En cuanto a la corrupción en la empresa, muchos la aceptan y dicen que fue por eso. Caen en el engaño de que la corrupción fue la causa del problema. Pero otros pensamos que esa no fue la causa de su liquidación. Sino el negocio que alguien esta haciendo con la desaparición de la Comisión, un negocio de muchos millones de dólares.

-¿Cuál ha sido la principal enseñanza de esta lucha, cree que pueden lograr la satisfacción de sus demandas a casi 17 meses de lucha, que son la creación de una nueva paraestatal para que provea electricidad al DF?
- Primero: nuestras demandas son muy sectoriales, economicistas y por lo tanto estamos a expensas de otras cosas para poder ganar. Yo no creo que nos vayan a dar ni el CCT, ni vayamos a seguir con el sindicato, soy pesimista en ese aspecto. No creo que vayamos a lograr mucho mientras la política que se esta siguiendo esté encaminada únicamente por nuestras demandas. Si pudiéramos darnos cuenta de que nuestra lucha va más allá que nuestras demandas, entonces sería una verdadera victoria. Porque aunque lográramos conservar nuestro sindicato y el CCT a la vuelta de los años tendríamos el mismo problema, mientras no se arranque realmente de raíces esto, podemos ganar ahora el CCT, pero sería mochado en la clausula 64, la jubilación.

Mi aprendizaje es que aunque decíamos que eramos un sindicato independiente, de lucha y de vanguardia, el 11 de noviembre de 2009, al terminar la marcha, que fue multitudinaria (yo hasta lloré de la emoción) estando en el zócalo, fue cuando se abrió la primera mesa de negociaciones, y me pregunté si seríamos capaces de soportar el peso que el pueblo estaba depositando en nosotros, porque se decía en el sindicato y en otras organizaciones, que se esperaba que fuéramos la punta de la flecha, el inicio de algo mayor en el país y yo percibí que no estábamos preparados. Se hizo una verbena, ya se estaba festejando, bailando, no teníamos nada y ya estábamos festejando.

-Supongo que la prolongada duración del conflicto ha ido mellando las fuerzas, la participación y el ánimo de ustedes, los que se han negado a aceptar la liquidación y se mantienen en la lucha?

- Ayer, cuando se instaló el plantón en el zócalo yo noté que eramos unos mil 55 compañeros, el desánimo era notorio. En otra ocasión habríamos aplaudido a Martín Esparza. Pero cuando se dijo que se instalaría el plantón se vieron las caras desilusionadas de los compañeros, que dijeron: ¿Otra vez con lo mismo? ¿Y ahora por cuánto tiempo?

El plantón se puso para exigir la solución de las demandas que ha mantenido desde el principio el SME, y la información que dio Esparza fue que la Cámara de Diputados dio a conocer que la Auditoría Superior de la Federación sacó un dictamen donde dice que nosotros tenemos la razón. Es un estudio muy completo, donde dice como han aumentado los precios de la luz. Son cosas que ya sabíamos, por ejemplo que la CFE le vendía la luz a la CLF a 1.50 el kw y nosotros la teníamos que vender a 1.18 el kw. Ahora la CFE le está comprando electricidad a varias compañías privadas el 50 por ciento.

-¿Qué hace falta en el país para que cambien las cosas, qué piensa usted que hace falta para cambiar en este país?

-Primero tendríamos que saber hacia donde quisiéramos cambiar. Porque si es un cambio nada más de poder de un partido a otro, no vería gran avance. Yo lo que les digo a los compas es que hoy estamos depositando la confianza en los partidos y que lo único seguro es que te traicionen a la larga o a la corta. No se trata de cambiar al PAN por el PRI, ni el PRD, ni Convergencia ni mucho menos el Verde.

-¿Entonces qué hace falta?

-Es algo que está en la conciencia de mucha gente, pero nos da miedo hablarlo: una revolución. De hecho en el mismo sindicato, en la base, se habla de tomar ese rumbo. Pero a través de repetir las cosas sin ningún triunfo, sin ningún resultado real -lo más que se ha logrado es la toma de nota, y de eso no ha resultado nada- entonces eso ha hecho que se trunque la conciencia. El mismo Comité Central ha hecho que se trunque.

-¿Qué le criticaría a la dirección del sindicato?

-Mientras el comité siga jugando en el campo del enemigo, con su pelota y su arbitro, pues vamos a perder. Sería cuestión de comenzar a cambiar de campo, de arbitro y de pelota. Inclusive hasta de deporte. También me parece mal que las decisiones no se tomen de arriba hacia abajo.
Que las bases en sus asambleas empiecen a tomar sus decisiones, aunque sean equivocadas, aunque nos lleven a fracasos, a derrotas. Pero aunque nos dicen que vamos a defendernos hasta con la vida, luego salen con que “no hagan esto porque nos van a reprimir.

Podría empezar a cambiar esto a partir de que la base hable en las asambleas, que comience a romper el cerco que tiene el comité, al no aceptar las propuestas que vienen de la base, porque nos tachan de neófitos, de ignorantes. En este año y medio lo que he aprendido en esta lucha es que necesitamos aprender, aunque nos equivoquemos. Yo a mis hijos no les prohibí que anduvieran en bicicleta, aunque se cayeran y se abrieran la cabeza. Creo que eso es lo que nos hace falta.
Eso mismo veo yo no nada más en nuestro sindicato, sino en muchos otros, que se dicen independientes a los que yo les llamo neocharros.

Millán es uno de los miles de obreros mexicanos que han adquirido la convicción de que en el país hace falta un cambio profundo y que los señores de la política sólo están empeñados en mantener el mismo orden social. Algunos tal cual, otros tratando de embellecerlo con una política gatopardista.