sábado, junio 11, 2011



Las Kaminatas inspiraron el movimiento nacional: Gero Fong

Óscar Enrique Ornelas

CHIHUAHUA, Chih.— La Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad arriba hoy a la martirizada Ciudad Juárez donde tendrá lugar un encuentro nacional contra la violencia. Luego cruzará hacia El Paso, Texas. Ayer jueves en la madrugada llegó a la capital del estado y fue recibida con mariachis.

Hasta ahí, todo en calma. Pero, por la mañana, luego del acto central frente al Palacio de Gobierno, se caldearon los ánimos del lado gubernamental ante las declaraciones del poeta Javier Sicilia, quien encabeza la Caravana. Sicilia declaró que carecía de sentido reunirse con el gobernador César Duarte Jáquez. “Mejor que se ponga a trabajar”, dijo, ante la violencia imparable que azota a Chihuahua.

Por añadidura, durante el mitin se colocó una placa de bronce en memoria de Marsisela Escobedo, la enfermera asesinada impunemente en diciembre pasado en la banqueta del inmueble. De inmediato, el director de Gobernación, Wilfrido Campbell, declaró que la placa sería retirada en cuanto se fuera Sicilia. En las vísperas, Duarte Jáquez se reunió con la crema y nata de la prensa local y --en un arranque de flashback diazordacista-- acusó a la Caravana de estar infiltrada por intereses oscuros y extranjerizantes. Ésa fue la señal para que los eternamente mal redactados y llenos de faltas de ortografía diarios digitales chihuahuitas arremetieran contra el movimiento de Sicilia.

Hubo algo más: un par de días antes de la llegada de la Caravana, Duarte Jáquez jugó una especie de broma macabra al invitar a Ciudad Juárez ni más ni menos que al ex presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, cuyos vínculos con los escuadrones de la muerte de su país han sido perfectamente establecidos incluso por el ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore.

Es preciso recordar que el 20 de abril de 2007 Gore canceló su participación en un Foro sobre medio ambiente realizado en Miami, Florida, para no tenerle que estrechar la mano a Uribe Vélez.

En este contexto, cabe recordar también que el escritor y editor chihuahuense Luis K Fong Fierro, muerto hace un par de meses debido a la influenza, fue quien anticipó con sus Kaminatas contra la muerte el movimiento que hoy encabeza Sicilia. De ahí la importancia periodística de la siguiente entrevista que nos concedió Gero Fong, hijo mayor de Luis K.

--Tras la el fallecimiento de Luis K Fong, ¿continuarán las Kaminatas contra la muerte?

--Las Kaminatas tienen que continuar. No son la iniciativa de una sola persona, se trata de alzar la voz ante el clima de violencia que se vive aquí en Chihuahua.

--A nivel nacional se está planteando algo similar, ¿cuál es la evaluación que hacen ustedes, veteranos de las Kaminatas?

--Se ha despertado un gran movimiento nacional en contra de la violencia. Ahorita lo que se está discutiendo, sobre todo después del Foro que tuvo lugar en Morelos el pasado 28 de abril de 2011, es si este movimiento debe asumir una postura radicalmente de oposición al gobierno de Calderón o si es necesario llegar a una especie de pacto. En mi opinión, los colectivos más jóvenes y más dinámicos están a favor de promover un movimiento que haga ver la responsabilidad directa del gobierno en este asunto de la violencia. En eso radica la diferencia con ciertas organizaciones no gubernamentales que plantean el diálogo con Calderón. Lo positivo es que finalmente se está haciendo un movimiento nacional contra la violencia. Esto ni siquiera se había discutido antes. Hay que subrayar que tiene mucho que ver con las manifestaciones que se han hecho tanto en Ciudad Juárez como en Chihuahua capital. Las Kaminatas inspiraron al movimiento a nivel nacional. Lo reconocen los propios organizadores de este movimiento, comenzando por Javier Sicilia.

--En Chihuahua brilla por su ausencia cualquier movimiento de oposición, incluso a nivel cultural. Hace ya casi cuatro décadas que cayó sobre Chihuahua una pesada losa de represión y oscurantismo que no ha podido ser levantada. Chihuahua es una especie de cementerio político y cultural. ¿Cuál es su opinión, Gero?

--El estado de Chihuahua ha vivido durante muchos años a la sombra del imperialismo estadounidense. La industria local fue desmantelada, los sindicatos fueron destruidos y la política fue secuestrada por un grupo muy cerrado. Esto no ha permitido que se desarrolle un movimiento alternativo. Muchos compañeros disidentes de la antigua generación tuvieron que emigrar. Pero hoy observamos a una generación más joven que está movilizándose en sintonía con los movimientos mundiales. El movimiento nunca se acaba. A veces baja, y esto puede durar mucho tiempo, pero vuelve a surgir.

--Su padre, Luis K Fong, hablaba de la gota que se convierte en torrente. Por eso le llamó así a su página digital. Pero algunos lo ven esto como una idea de chiflados marginales. ¿Qué se puede decir al respecto?

--Hay que considerar el factor crisis. Los movimientos pueden convertirse en marginales. Pero una crisis severa tiende a reactivarlos. Lo que estamos viviendo hoy en día es una crisis mundial en todos los aspectos. Todo está cambiando. Ahí es donde la supuesta marginalidad emerge porque corresponde a la realidad.

--¿Cuál ha sido hasta el momento la posición del gobierno frente a las Kaminatas?

--El gobierno sigue en lo mismo. El gobernador César Duarte Jáquez lo ha dicho: está a favor de la guerra de Calderón. El punto central es la llamada “guerra contra el crimen organizado.” Digan lo que digan unos y otros, el PAN y el PRI están juntitos en esta guerra. Es por eso que decimos que sentarse a dialogar con el gobierno carece de fundamento. Van a seguir en lo mismo
--Cuando se plantean así las cosas, no falta quien dice que se le hace el juego al narcotráfico. ¿Qué responde un activista como Gero Fong?

--Si nosotros estuviéramos con el narcotráfico, no estaríamos tan pobres, pienso yo. Los métodos del narcotráfico no son los de la protesta social. Pero, además, si algo está documentado es la participación del narcotráfico en los gobiernos federal y estatales, sean del signo que sean. Quienes acusan a los movimientos sociales de colaboración con el narcotráfico carecen, simple y llanamente, de fundamento. Se trata de una acusación dolosa para ensuciar a los movimientos. Es una lógica simplista ajena a los hechos: el gobierno es el bueno y hay unos señores muy malos llamados narcotraficantes. Por lo tanto, quien se opone al gobierno está a favor de los delincuentes. Nadie cree en semejante patraña. Es cosa de los medios vendidos. La ciudadanía dice otras cosas: que hacer Kaminatas no sirve de mucho, que no llegamos a ningún lado. Pero todo mundo sabe de qué lado está la delincuencia organizada. Basta con seguir el rastro.