martes, abril 14, 2009


VISITANDO EL TRASPATIO
Tomás Oropeza Berumen
México, 14.4.09.- La visita del presidente estadounidense Barack Obama a México, el jueves próximo, tendrá lugar en una coyuntura económica, social y política llena de dificultades para el pueblo mexicano agravadas por la crisis económica mundial y el fracaso rotundo de las medidas con las que el gobierno de facto calderonista intenta paliar sus efectos.
La brevedad y austeridad impuesta al presidente de facto Felipe Calderón es indicativa de la escasa importancia que para Obama tiene el michoacano quien había dispuesto la realización de varias ceremonias protocolarias con el demócrata y un recorrido por las Pirámides de Teotihuacan, el espectáculo de luz y sonido del gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, eventos que se cancelaron por decisión del equipo de seguridad del jefe del Estado imperial. Y eso parece ser lo más prudente, luego del descubrimiento en Santa Ana, Sonora, de un arsenal en el que había incluso una metralleta antiaérea en poder de un grupo de narcos.
Vamos directo al grano, es el mensaje de quien mantiene su frontera Sur con un amplio dispositivo policíaco y militar y espera cualquier pretexto para incrementar las tropas que vigilen la línea para proteger la seguridad de USA donde se consume el 85% de las drogas producidas en el mundo y desde donde llegan al país toda clase de armas made in USA para equipar al hampa.
Obama permanecerá en suelo mexicano sólo 24 horas en su paso hacia Trinidad y Tobago, sede de la Cumbre de las Américas, donde participaran representantes de 34 países.
En lo político, Felipe Calderón, es leña de pirul. Su aislamiento es cada día mayor y sólo se sostiene en el poder merced al apoyo del ejército, al oportunismo de la izquierda parlamentaria y a una campaña propagandística de corte fascistóide orquestada por los medios a sueldo del gobierno, con la que se intenta engañar a la población para que vote en las elecciones del próximo 5 de julio y legitime la cada vez más evidente dictadura oligárquica imperante en el país.
En lo económico todo indica que la situación seguirá empeorando y con ello la desesperación e indignación popular, el crecimiento de la delincuencia, la economía informal, etc.
A los 528 mil empleos que se han cancelado en los pasados 5 meses habrá que sumar los 11 mil que provocaría la eminente quiebra de la industria automotriz en USA (en particular de la General Motors) en las filiales de esa empresa establecidas en México y 40 mil más en otras conectadas indirectamente con la fábrica de automotores, más las ondas expansivas que llevarán a la quiebra a miles de pequeños comercios y establecimientos en la economía regionales de Coahuila y Guanajuato.
La leve recuperación del peso que bajó de 15.50 por dólar a cerca de 13, es resultado de la subasta de millones de dólares de la reserva para dar la apariencia de que esta mejorando la economía mientras pasa el 5 de julio.
En lo social, la “guerra” contra el narcotráfico implementada por Calderón obedeciendo la política de la Casa Blanca, lleva un saldo de 10 mil muertes, según informes oficiales para los cuales la mayoría de las víctimas es resultado de “ejecuciones entre delincuentes”. Pese a ese desangramiento social, sobre todo de hombres y mujeres jóvenes y a la militarización creciente no cesan las matanzas y violaciones a los derechos humanos cometidas por las bandas de narcotraficantes y por las policías y tropas del ejército.
En Chihuahua, donde las fuerzas armadas gubernamentales han tomado el mando de las corporaciones policíacas es un secreto a voces que el gobernador José Reyes Baeza vive en El Paso, Texas, igual que el presidente municipal de CD. Juárez, demostrando con ello la ineficacia del operativo conjunto y el poder de los carteles que obligan a ambos mandatarios a refugiarse diariamente en un país extranjero.
Decenas de intelectuales, activistas y políticos chihuahuenses la semana pasada publicaron un desplegado en la prensa para denunciar el estado de sitio, la suspensión de las garantías individuales, violaciones, robos, torturas y toda clase de tropelías cometidas por militares en aquélla entidad. Señalando que el verdadero objetivo de la llamada guerra contra el narco es la criminalización de los movimientos sociales.
En Guerrero, decenas de organizaciones sociales campesinas, estudiantiles y de colonos exigen la retirada del ejército de la entidad responsabilizándolo del asesinato de luchadores sociales; demandando al gobierno del perredista Zeferino Torreblanca Galindo la libertad de presos políticos y la suspensión del proyecto de construcción de la presa La Parota. En un comunicado al general Emiliano Zapata, asesinado hace 90 años por el gobierno de Venustiano Carranza, representante de la clase en el poder, anuncian que el 2010 iniciarán la lucha por “una patria nueva”.
Otra lucha que podría generar un conflicto mayor es la de los mineros, quienes han iniciado el bloqueo del puerto Lázaro Cárdenas, Michoacán, en solidaridad con sus compañeros de Cananea, Sonora, en huelga desde hace 21 meses y amenazados de desalojo y represión por la Secretaría de Trabajo que ha tomado partido en defensa del Grupo Minero México, propiedad del salinista Germán Larrea. Además de La Caridad se encuentran en huelga los mineros de Sombrerete, Zacatecas, Taxco, Guerrero y Peñoles, Coahuila.
Los mineros son hoy uno de los contingentes de la clase obrera más combativos y que mayor resistencia ha presentado ante los gobiernos neoliberales del ex presidente Vicente Fox y el de Calderón. Su sindicato está aprovechando la próxima visita de Obama para colocarse en el primer plano de la política nacional y evidenciar el carácter represivo del régimen panista, hoy hundido en una crisis irreversible.