EL CONTEXTO
Tomás Oropeza B.México, 17.02.08.- El fallido bombazo en las proximidades de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina y de la estación del siempre atestado metro Insurgentes el pasado viernes, y del cual se desconoce la autoría y finalidad precisa, aunque oficial y genéricamente se le atribuye al narco, que según la prensa cuenta entre sus filas a ex militares altamente capacitados como los Zetas y los antiguerrilleros Grupos Aeromóviles de Fuerzas Especiales (Gafes) a quienes difícilmente les reventaría un explosivo en las manos, como le sucedió al desconocido que fracasó en su letal tarea, podría ser revelador de que:
1) Los señores de la droga han decidido escalar su guerra contra el gobierno, en respuesta a los supuestos golpes que les han inflingido el ejército y la policía, pasando de la ejecución de jefes policíacos, decapitaciones y levantones a atentados que buscan generar terror y miedo entre la población, como sucedió en Colombia, hace unos años, para obligar al gobierno a modificar su estrategia.2) Que algún grupo armado de izquierda o ¿porqué no de derecha, como el Yunque? ha comenzado a actuar persiguiendo objetivos que para la mayoría de la población son absolutamente confusos, pero que generan, aparte de miedo y parálisis social, también el pretexto para que el ejército establezca retenes y patrullajes en la capital del país.3) Que en vísperas de la discusión en el Congreso de la Reforma Judicial bautizada como Ley Gestapo, con la que se restringen gravemente las garantías individuales de los mexicanos, los interesados en su aprobación hayan decidido continuar su política recurriendo a una guerra sucia que induzca a mirar con simpatía la adopción de un estado de sitio en el país y el DF gobernado por el PRD.
4) Que tanto el ejército, las policías y los aparatos de inteligencia siempre se benefician con este tipo de “incidentes” porque para ellos es la oportunidad de fortalecerse con mayores presupuestos (de guerra), el negocio de las armas y el poder creciente de de su papel protagónico en un contexto como el que ya existe en México, gracias a la estrategia de “combate” a la delincuencia organizada seguida por Calderón.
Las declaraciones del secretario de Marina almirante Francisco Saynez Mendoza, de que “todo mundo se acostumbra” a los bombazos y el punto de acuerdo elaborado por el panista presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados, general “en retiro” Justiniano González Betancourt, para someterlo al pleno con el objeto de exhortar a los estados y a los titulares de la administración pública de la federación para que una parte del Presupuesto de Egresos de la Federación 2008 se traslade al ejercito para la compra de equipo, son dos muestras, entre muchas otras, de cómo los militares se benefician con este tipo de situaciones. Por cierto, durante el mismo viernes y al día siguiente se reportaron media docena de falsas alarmas de estallidos de bombas en diversos puntos de la capital.
5) Y finalmente también estamos viendo que la información que fluye de los reportes de las instancias oficiales es confusa y contradictoria, (en alguna versión se dice que el explosivo utilizado era de uso militar y en otras que se uso pólvora negra) porque al parecer están manejando una versión falsa sobre lo ocurrido y tratando de consolidar la versión del “narcoterrorista solitario” que a uno le recuerda la del asesino del candidato priísta a la presidencia Luis Donaldo Colosio, por Mario Aburto, un asesino solitario.
En un panorama nacional de violencia cotidiana, impunidad, creciente pobreza y desempleo, que tiende a agravarse por la recesión económica en Estados Unidos y el mundo, las noticias económicas siguen siendo preocupantes pues nos dicen que el gigantesco bloque de América del Norte, en el que esta uncido México, gracias al TLC, va en picada y que es necesario adoptar medidas urgentes que rompan con lo que hasta ahora se ha estado haciendo para salvar lo que queda del país.
Sin embargo nada positivo puede esperarse de la pandilla de hombres de negocios encabezada por Felipe Calderón, quien a lo largo de su reciente gira por varios estados de la Unión Americana, en donde fue a ponerse a las ordenes de los empresarios con su “vamos a jalar con ustedes” “los mexicanos no somos un peligro para USA” una vez más demostró su talla de estadista repudiado por los emigrantes mexicanos a quienes supuestamente fue a ver, como ocurrió en Chicago, sonde le exigieron respeto al sindicato y al derecho de huelga de los mineros. O en Los Angeles, donde el Comité Pro Democracia Plena le demandó la presentación de los desaparecidos políticos y miembros del EPR ” Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Sánchez Cruz; así como la del ex militante del MAR Francisco Paredes Ruiz y el indígena chatino Lauro Juárez.